lunes, 7 de mayo de 2012

Historia de un sueño convertido en polvo y fuego

La ESA se despide una de sus mejores creaciones. Y es que "nada es eterno". Esta máxima es válida tanto personas como satélites.

En el centro de operaciones de la ESA en Darmstat, Alemania, se supervisan los últimos momentos de un satélite pionero, el ERS‐2. Su misión termino el pasado 5 de Septiembre y en el centro se preparan para sacarlo de la órbita terrestre en un proceso denominado "desorbitación".
Imagen idealizada del ERS‐2. (Créditos European Space Agency‐ ESA)
El proceso de desorbitación del ERS‐2 está compuesto de varias etapas; las dos primeras consisten en disminuir poco a poco la altitud orbital hasta llegar a una altitud objetivo de 570km. La siguiente fase consiste en apagar todos sistemas de energía abordo y todos los sistemas de presurización, por último y para evitar explosiones se vacían completamente los tanques de combustible inmediatamente después se desconectan los transmisores. Con esta última acción se dará la misión por finalizada. Durante los próximos 15 años el ERS‐2 vagará por esa órbita baja hasta desintegrarse por completo debido a su reentrada en la órbita terrestre.

El ERS‐1 y ERS‐2 fueron los primeros satélites de observación de la tierra lanzados por la ESA. También fueron los primeros satélites civiles en incorporar un radar lo cual permitía observar las 24h del día y través de las nubes. Durante estos 20 años de servicio los ERS nos han aportado información muy valiosa sobre los océanos, la tierra, los campos de hielo y la atmósfera de nuestro planeta.

Autora: Mª Henar Sarmiento Carrión, alumna del Máster en Astronomía y Astrofísica de la VIU, curso 2011/2012.

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