lunes, 5 de mayo de 2014

Europa: Contacto Extraterrestre

Autor: Javi Ovies
Alumno del Máster Universitario en Astronomía y Astrofísica (Universitat Internacional Valenciana, VIU)
Asignatura: Comunicación de la Astronomía.


Corría el 7 de Enero del año 1610 cuando Galileo, el padre de la Astronomía, descubría Júpiter II, bautizado por Simón Marius como Europa. 

Siglos después las misiones Voyager y Ganímedes realizaron observaciones cercanas de Júpiter y sus lunas que hicieron sospechar la existencia de agua bajo la superficie helada de Europa.

En los albores del siglo XXI los estudios detallados de las imágenes facilitadas por las sondas espaciales confirmaron la presencia de arcillas e impactos de meteoritos que pudieron ser fuente de aminoácidos, los ladrillos de la vida. 

Una sonda desciende sobre la superficie de Europa bajo la imponente presencia del gigante Júpiter. Su misión, estudiar la existencia de vida en el océano que se oculta bajo la superficie helada.


Imágenes recientes del telescopio Hubble mostraron efluvios de vapor de agua que fortalecen aún más la existencia de un gran océano salado con una cantidad de oxígeno muy superior a la terrestre, lo que facilitaría el desarrollo de grandes organismos.

La órbita elíptica resultado de la influencia de las lunas Io y Ganímedes le convierten en un planeta que parece querer respirar al verse sometido a las enormes fuerzas de mareas que produce la presencia cercana del planeta gigante, deformándose cuando se aproxima y recuperando su aspecto esférico cuando se aleja. Este fenómeno se cree que sería la base de una fuente térmica con potencial suficiente para haber alimentado durante 4.500 millones de años un caldo de agua y aminoácidos que pudo haber evolucionado hacia formas de vida marinas.

La misión JUICE de la ESA espera confirmar aún más las expectativas en el 2028 y poner las bases para un eminente contacto con la luna galileana.

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